La
variación genética es una condición sine qua non la evolución es
imposible (o la selección natural) y por tanto la vida (los sistemas genéticos)
como la conocemos. La evolución es un proceso por el que la variación dentro de
las especies se transforma en variación entre especies. La variación es también
esencial en la técnica del análisis genético. Sin variación genética no es
posible obtener marcadores ni hacer disección genética.

Ahora
bien, la magnitud de la variación genética que existe en una especie viene
determinada por su historia evolutiva, en donde la selección natural y la
deriva genética son las fuerzas moduladoras de dicha variación. La importancia
relativa de ambos factores en el mantenimiento de la variación dentro y entre
poblaciones es una cuestión todavía no resuelta. Una especie típica es
polimórfica en alrededor de un tercio de los loci que codifican proteínas
solubles y, en promedio, un individuo es heterocigoto en un 10% de sus loci.
Pero estos valores de variación proteica son netamente inferiores a los
hallados en el nivel de secuencias de DNA. Por ejemplo, en la especie D.
melanogaster la heterocigosidad por nucleótido es 0,006, o sea, 6 de 1000 pares
de bases difieren en dos secuencias cogidas al azar de una población.

No hay comentarios:
Publicar un comentario